Por esa razón es importante que las familias aprendan a entender la factura eléctrica y adaptarla a sus consumos, aprendan a ahorrar energía y a ser parte del cambio a un nuevo modelo energético. Y para las familias con menos recursos, tener herramientas para poder salir de una situación de pobreza energética.
Con el autoconsumo se abre la puerta a poner las viviendas en el centro de la transición energética, siendo cada casa con su instalación renovable productora a la vez que consumidora («prosumer»), así consiguiendo una red eléctrica descentralizada que no dependa de unas pocas centrales de generación. Esta nueva organización de red requiere muchos retos y también muchas oportunidades, hablamos de redes inteligentes («smart grids») y casas inteligentes por ejemplo, y con eso nuevas oportunidades de investigación y negocio de un alto valor añadido para los retos que tenemos como humanidad.